Ahí yace él al final, el converso de lecho de muerte, el Libertino que se hizo pío. No podía danzar a medias, ¿no es cierto? Si me daban vino lo apuraba hasta el poso y lanzaba la botella vacía contra el mundo. Si me mostraban a Jesucristo en su agonía me subía a la cruz y le robaba los clavos para mis propias palmas. Y así me voy, cojeando, del mundo, dejando mis babas sobre una Biblia. Si miro la cabeza de un alfiler, veo ángeles danzando, bueno, ¿os agrado ahora?¿Os agrado ahora?¿Os agrado ahora?¿Os agrado ahora?...

John Wilmot (The Libertine)

sábado, 16 de marzo de 2013

Párteme la cara



Dónde escondí mi alma
Dónde el orgullo.
Qué hice con el relámpago
Que guardaba bajo la almohada.
Dejo de existir por un momento
Y nace la necesidad más peligrosa de la noche
Dónde escondí mis buenos modales
Dónde la ternura y la inocencia
Salieron a la luz detrás de mi sombra
La codicia y el deseo de poseer lo inerte
De tener lo que aún no conozco.
La curiosidad va matando mis entrañas
El destino juega con sus manos
Acariciándome el cabello.
Quiero que rompas
De una vez con mi palabra.
Si de verdad existes,
Párteme la cara.